Y desde aquí creo que vuelvo a la calma,
desde aquí a mirar el mar que es redondo y a caminar por la noche callada.
Desde aquí mi origen y mi viento,
desde aquí mi cabeza estrellada.
Y desde aquí las campanas nocturnas, las ocas medio locas y las calas empedradas.
Desde aquí los recuentos amargos, los principios ingenuos y las clausuras pensadas.
Desde aquí mis manos abiertas, mi pecho flotando y mi piel que te extraña.