jueves, 12 de noviembre de 2009
Ay yayay
Ay yayay, la nota entra y se cuelga por el lado derecho de mi pecho y gira; se estira y se contrae,...ay yayay, hace fuerza y se acalambra.
Ay yayay, se contonea...y se expande, parece querer ocupar todo el espacio infinito de mi alma. Se retuerce en esterores y me quejo, ay yayay...mis manos no llegan y mi cabeza, a veces se desata.
Ahora ponte de pie y baila.
Ay yayay, tengo notas en mi pecho. Si afino el oído, puedo oirla: es la música del alma. Sinfonías bautismales, melodías sacras, el alma se ha perdido en África y el vellocino de oro lo guardo debajo de mi cama.
¿Y la esencia y la corrupción de la manzana? ¿Y la alquimia de las tormentas? ¿Y París y las lunas plateadas?
¿Y las gotas de la sabiduría? ¿Y mis antípodas enfurecidas? ¿Acaso nadie sabe dónde está el ancla?
Yo la he visto y reina los mares, tan pesada como el acero, tan inmensa como la nada.
Un universo entre tus dedos y una caricia mal gastada.
Ay yayay, se alejan los días de septiembre, ay yayay mi nostalgia se embarca.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Guen registro caurita, guija ayayay. Son las palabras que confian en ellas mismitas, como las gueltas del agua: arriba, abajo, a tu lado, pa entro.
ResponderEliminar