Te doy una palabra y me devuelves un cuento, te ofrezco una idea y con ella creas sueños.
Acariciarnos el alma, contar todas las hormigas del planeta aunque tú pienses que eso es imposible de hacer. Aunque pienses que es imposible, nado en la vorágine con un perfecto equilibrio que delira y huyo a las islas a contar atardeceres malva.
A veces, me pierdo...me destruyo y me reconstruyo. A veces, simplemente desaparezco. A veces me quedo sin palabras porque, a veces, duelen demasiado los pensamientos.
¿Sabes de qué material estamos hechos?
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